Como habéis ido notando, llevamos un tiempo sin actualizar ni escribir noticias, el motivo no es otro que nuestro día a día laboral y personal que nos ha impedido poder dedicarle el tiempo necesario a la web, pero ya estamos otra vez aquí, con algunos cambios que iréis viendo poco a poco y sobre todo con contenido propio.
Bueno, dicho esto, hoy voy a comentar el primer partido de Fútbol Sala al que he podido asistir después de mucho tiempo, el Mislata FS – L’Olleria FS de 3ª División Grupo XIV, primero contra segundo en la clasificación.
Mislata FS.
Un equipo que año tras año tiene que reinventarse y que a punto ha estado de no salir en 3ª División por falta de jugadores, pero que ha sabido completar una plantilla muy competitiva, sobre todo con la llegada, a última hora, de Manu Bermúdez, posiblemente el jugador más destacado de los locales en el partido del pasado sábado.
L’Olleria FS.
Posiblemente la mejor plantilla de la liga, un equipo hecho a medida por Salus y que tiene toda la pinta de subir de categoría el próximo año. La vuelta de Inmevasa se nota y es una gran noticia para el Fútbol Sala.
El partido.
Empezó con un duelo de presión arriba de ambos equipos, impidiendo la creación de juego desde atrás y provocando transiciones rápidas, al menos los primeros minutos, hasta que L’Olleria marcó el primer gol, tras robar en dicha presión, al último hombre de Mislata FS.
Con el 0-1 en el marcador, L’Olleria desapareció un poco, bien por decisión del equipo, por comodidad al verse por encima del marcador o por el buen hacer del Mislata, que conseguía tener la posesión y salir bien de esa presión, los visitantes fueron bajando poco a poco la defensa hasta mitad pista.
El Mislata se encontró con todo el balón para él, posesión, jugadas largas, pero poco incisivas y sin tener claras oportunidades de gol.
A los visitantes no les costaba mucho crear ocasiones de peligro, Mislata seguía presionando arriba, si robaban, volvían a crear jugadas largas, si no robaban, peligro para Julio, ya que con dos o tres pases, los chicos de Salus, conseguían llegar a la portería rival.
La expulsión de Paco Lozano dejó muy mermado al Mislata, primero porque es uno de sus jugadores importantes de cara a gol, segundo por perder un hombre tan importante en la rotación y tercero por el gol que supuso la inferioridad.
Con el 0-2 en el marcador se llegó al descanso.
En la segunda parte el esfuerzo físico de los de Rai iba dejando mella en el juego local, aprovechando los visitantes algunos bajones físicos para tener oportunidades, cada vez más claras, para cerrar el partido.
El partido se abrió y los dos equipos comenzaron a tener varias oportunidades seguidas de gol. Estaba más cerca el 0-3 que el 1-2, pero ni José Carlos, ni Guti, ni Carlos, estuvieron acertados de cara a portería.
El Mislata también dispuso de buenas oportunidades, pero Jere, estuvo perfecto en cada una de sus actuaciones.
L’Olleria cada vez estaba más cómodo en pista y quizás se relajó en exceso. En una jugada aislada, Javi Millán, solo contra el mundo, marcó el 1-2 para sorpresa de todos. Los locales se metían en el partido.
Ya en los últimos minutos, Rai, se la jugó con portero jugador. L’Olleria no marcó el 1-3 aun teniendo oportunidad en dos robos en el juego de cinco de los locales. Demasiado habían perdonado los de Salus.
El empate a 2, con el que terminó el partido, llegó tras un buen movimiento de cinco y que Guti se marcó en propia puerta al intentar despejar el balón.
Resumiendo, el Mislata empató un partido, que tenía perdido, con más corazón y esfuerzo que su rival, y L’Ollería se dejó empatar un partido que tenía ganado y no supo cerrar a tiempo.
Los árbitros.
Empezaron poniendo un listón, permitiendo el contacto y sin mostrar tarjetas amarillas en jugadas que otras veces sí que son amarilla. No lo digo por faltas duras o aparatosas, sino las típicas de cortar una contra cuando pierdes el balón.
En la expulsión de Paco Lozano el árbitro entiende que el jugador dice “que burros son” y el jugador dice que no ha dicho eso. Pues siendo el árbitro que es, me creo al jugador.
Al comienzo de la segunda parte, uno de los árbitros se dirige al banquillo local, que estaba dando las últimas instrucciones de juego, para que salieran a pista, indicándole el entrenador local que calma, que tranquilo, que ya salen, a lo que el árbitro en actitud provocadora le responde y cito: “Aquí mando yo”. Ay Rai como ha cambiado el cuento, hace unos años, bueno y hace unos días también, hubieses acabado expulsado, pero hiciste bien en no entrar en su juego, siempre tienes todas las de perder.
Y para finalizar, cambio de listón en la segunda parte y todo a favor del Mislata, ¿compensación?, ¿la he cagado, me he equivocado y ahora les pito a favor? Si hubieran pitado así durante todo el partido más de un doble penalti hubiéramos visto y más de un jugador no habría acabado el partido por doble amarilla, entre ellos Manu Bermúdez.
Suerte que los jugadores de L’Ollería no se calentaron, porque pitándoles esas faltas en la segunda mitad, más de un jugador se calienta y, entonces sí, empiezan las entradas feas y a destiempo.